Los líderes de la Unión Europea han llegado este jueves a un acuerdo para facilitar la ratificación final del Tratado de Lisboa en la República Checa.
Fuentes comunitarias han informado de que la "cuestión checa" ha sido acordada, sin dar más detalles, durante la cena de los jefes de estado o gobierno de la UE.
El presidente checo, Vaclav Klaus, exigía una derogación de la aplicación en su país de la Carta Europea de Derechos Fundamentales, como condición para firmar la ratificación del nuevo tratado.
"Hemos aprobado un protocolo que extiende a la República Checa las garantías que se habían dado a Polonia y al Reino Unido", declaró a los medios el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, a la salida de la reunión.
Protocolo de excepción
El jefe de la delegación italiana hacía referencia al protocolo anexo al nuevo tratado que excluye a ambos países de la aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales. Según Frattini, con esas mismas garantías "el presidente Klaus firmará" la ratificación.
El ministro recordó, no obstante, que todavía hay que esperar a que el Tribunal Constitucional checo se pronuncie el 3 de noviembre sobre el recurso de inconstitucionalidad presentado por un grupo de senadores euroescépticos.
El nuevo tratado europeo, destinado a aumentar la eficacia de las instituciones comunitarias y reforzar el peso global de la UE, no puede entrar en vigor mientras no lo ratifiquen los 27 estados miembros.
La firma del presidente checo es el último trámite que falta para su ratificación en el último estado que aún no ha completado el proceso.
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